La evolución que ha hecho el cine en la forma de contar historias ha sido tan vertiginosa como el cambio de un niño a un adolescente. Todos los cambios que ha experimentado en la narrativa, en los puntos de vista y, en general, en la forma de experimentar con la mirada del espectador, se han visto reflejados no sólo en todas las artes, desde la pintura hasta la arquitectura, sino también en la realidad en sí. En la actualidad, por ejemplo, el ser humano es incapaz de imaginarse el futuro si no es tal y como lo dictan las películas: naves espaciales, coches voladores, robots, luces de neón, etc. Es una base que se ha demostrado en estudios como el de VR Polis (Diving into the future), o incluso en las últimas creaciones que han aportado los arquitectos a las urbes del mundo.
A veces, el cine sirve de inspiración para nuevas construcciones en arquitectura. Otras, se deja influenciar por lo que ya existe. Es por ello que, con el lanzamiento de CA Magazine en su versión digital, queremos aprovechar para hablar de esos cambios con los que estas dos artes se han visto beneficiadas.
Star Wars y sus maquetas a escala real
La saga futurista y espacial creada por George Lucas ha vuelto otra vez al punto de mira desde que en 2016 se decidiría reconducir su historia, solo que esta vez, bajo la batuta de la productora Disney. A la espera del estreno de la nueva entrega, no hace falta irse hasta una galaxia muy muy lejana para disfrutar de algunos de los ejemplos más sobresalientes que han sacado los arquitectos de estas películas para llevarlos a la realidad.
La famosa Estrella de la Muerte tiene su sede en la Tierra en los Emiratos Árabes, concretamente en el Centro de Convenciones y Exhibición, Ras Al Khaimah, del arquitecto Rem Koolhaas, una superestructura constituida por una esfera de acero y conectada con la ciudad mediante autopistas de alta velocidad. Eso sí: sin el rayo láser capaz de destruir planetas o el famoso punto débil por donde podría colarse un misil y colapsar la estación.
En Suiza se encuentra otra construcción sacada de esta saga de ciencia ficción: puede que no tenga las mismas funciones que tenía en la saga de Star Wars, pero el parecido que tienen el Senado de Coruscant con el Carnal Hall del Bernard Tschumi es, cuanto menos, destacable.
Los núcleos emergentes de Blade Runner y Total Recall
Como hemos dicho, el cine y la arquitectura se alimentan mútuamente de sus ideas, sobre todo en las películas que presentan tramas del género de la ciencia ficción. Kubrick no sería el único director de intentaría predecir el futuro de la raza humana con su película 2001: Una odisea en el espacio. Tiempo después, otros como Ridley Scott (Blade Runner) ya ofrecerían su idea de edificios altos y gigantescos llenos de luces de neón que servirían de representación del poder de las grandes compañías sobre las diminutas e insignificantes personas que trabajaban en ellas. Estoy seguro de que no tuvo que razonar mucho para imaginar esa idea: le bastaría con mirar por la ventana de su casa.
Algo parecido le debería de pasar a Paul Verhoeven (Total Recall, 1990) o a Len Wiseman (Total Recall, 2012) cuando se pararon a pensar en los núcleos emergentes de población que formaban la Tierra del futuro, en la que las personas eran capaces de irse de vacaciones a través de sus sueños. La inspiración para sus ideas la encontraron en países en desarrollo, como es el caso de China.