Preguntar a Ana María Álvarez Muriel sobre el Festival Internacional de Cine y Arquitectura (FICARQ, para los amigos), es como pedirle a una madre que hable de su hijo: sus pulmones se llenan de aire, saca pecho, sonríe y adquiere ese brillo en la mirada que solo se entiende después de ver un sueño hecho realidad. Con ese entusiasmo, se enorgullece de haber sacado adelante un festival de ese calibre durante cuatro años, con un capital humano «al que debo mucho», según reconoce ella misma, » y una mochila que llevo llenando desde los 19 años, cuando empecé a trabajar en el mundo del cine». Para ella, este festival es el fruto de todo su trabajo:
Cinco años después, FICARQ ya ha germinado y Ana puede empezar a recoger la cosecha de todo ese trabajo: una red de expertos en arquitectura y cine, toda una cantera de apasionados por ambas artes y la posibilidad de ofrecer un punto de vista a España y de España, que no se había visto nunca. Todo ello, lo ha plasmado en un «periódico» que hace apenas una semana salió a la luz en su versión digital: CA Magazine.
¿Por qué «CA» Magazine?
Supongo que esta es la parte más fácil de la entrevista: «C», de Cine y «A» de Arquitectura.
¿Cuáles son sus contenidos?
Básicamente, lo que podemos encontrar es ese punto de vista que no hay en otros festivales o en otras revistas: el punto de vista de los decorados, del diseño de arte y de producción, del urbanismo y, sobre todo, del auge que cada vez más tienen las nuevas tecnologías en estas dos artes. Todavía recuerdo como si fuese ayer, cuando la primera Biennale de diseño de Londres nos seleccionó el año pasado (2016) a nosotros para representar a España con el proyecto VR Polis, Diving into the future. Eso nos dio un apoyo muy fuerte para desarrollar y creer en esta idea que nos hemos estado planteando durante mucho tiempo.
¿Y por qué hablar de estas dos artes, juntas en una sola publicación?
La palabra «cine» habla de todas las artes y dentro de ellas está la arquitectura, lógicamente. En ese sentido, cine y arquitectura van dadas de la mano.
«Yo considero que el cine es el séptimo arte, pero no porque sea el último, sino porque incluye a todas las demás artes».
Al final, es hablar del arte que es la arquitectura, dentro de ese séptimo arte que es el cine. Van juntas. Yo no las dividiría, sino que las integraría.
¿Cómo se os ocurrió una idea así?
Porque queríamos dar visibilidad a los directores de arte y a los arquitectos de una forma que no había existido hasta entonces: es más, es por eso por lo que este año, para la quinta edición del FICARQ, hemos decidido crear el primer foro en España destinado al debate sobre este tema. Y eso para hablar de la arquitectura en el cine. Otro de nuestros objetivos, desde un principio, ha sido el de contribuir a la democratización de la arquitectura.
«Arquitectura es una palabra breve y corta, pero tiene muchísimo fondo, por lo que queremos que llegue con el mismo sentido a todos los públicos».
Entonces, a esa «C» y esa «A» que siempre van unidas, ¿qué futuro le ves?
Tengo que decir que cualquier festival o publicación cultural, sin una ayuda institucional, es inviable. Esa es nuestra base y nuestro objetivo a corto plazo. Yo he sentido poco apoyo en este aspecto, a pesar del juego que hemos estado dando durante estos cuatro años. Algo que, por el contrario, no puedo decir del capital humano: me he sentido siempre arropada por ellos, pero claro, mi mochila y mis ahorros tienen un límite.
Pero ¿y en el lado creativo o del contenido de la revista?
Seguiremos generando temas nuevos de la misma forma que el cine pasó del mudo al sonoro. Es decir, sabemos que estamos en una etapa de cambio, por lo que nuestra visión de futuro se va a centrar en favorecer la comprensión y el entendimiento de estos cambios en el cine y la arquitectura.
Por eso, yo creo que a día de hoy, las nuevas tecnologías tienen cada vez más que ver con CA, porque son herramientas que utilizan los cineastas y arquitectos. Yo quiero hablar ya de esas nuevas tecnologías y centrarme en ellas, porque no es que sean el futuro inmediato, sino que ya son el presente.
Supongo que por eso habéis decidido lanzar la revista en formato digital…
Es la mejor forma de empezar a allanar ese terreno que es tan nuevo para todos nosotros. Además, este cambio también va a permitir que el contenido llegue a muchas personas, más jóvenes. Digitalizarla es dar un paso hacia delante.
Ana Muriel fuma. Mucho. Dice que es la única forma que tiene de rebajar el estrés acumulado que le produce esta empresa tan ambiciosa y joven. Sin embargo, también dice ser una de esas personas que conoce la veracidad de esa expresión que dice que todo esfuerzo acaba teniendo su recompensa: «cuando tienes un sueño y lo haces realidad, te sientes plena. FICARQ y CA Magazine son mi vocación y mi pasión y me da igual lo que tenga que sacrificarme por ellos, porque se han convertido en algo con lo que disfruto. Es algo innato, porque estás haciendo aquello con lo que soñaste un día».