Entrevista al Ganador del Concurso de Carteles de FICARQ 2016: Pablo Fernández

Sara Zambrana

Esta semana, FICARQ ha disfrutado de la compañía y conversación de un joven arquitecto muy creativo: se trata del ganador del Concurso de Carteles de nuestra cuarta edición, cuyo trabajo fue premiado por reflejar de forma especial, a través de una elegante y misteriosa creación, el discurso temático del Festival de este año. Pablo Fernández Rodríguez (Zureda, 1986), además de estar camino de terminar su Proyecto Final de Carrera en Madrid, también es un apasionado de la fotografía, el diseño y la creación, combinación que, desde hace tres años, comparte especialmente con los Festivales de cine. Si queréis saber a qué se debe y conocerle mejor, os invitamos a leer la entrevista que nos ha concedido.

Enhorabuena por ser el ganador del Concurso de Carteles para la IV edición de FICARQ. ¿Podrías contarnos cómo fue el proceso creativo? es decir, ¿cómo concebiste la unión entre arquitectura y cine de temática futurista, más las nuevas experiencias tecnológicas (VR, 3D)?

Pablo Fernández: La idea, trabajar sobre las nuevas propuestas urbanas y las nuevas tecnologías, me encantó. Justo me vino a la cabeza una fotografía propia –un encuadre con una luz y una espacialidad muy potente de un edificio cultural– que, a través de la postproducción, me permitiría conseguir un ambiente capaz de reflejar las nuevas experiencias, como la que se logra con 3D. Me atraía mucho que la estética fuera en la gama de blancos y negros, de luces y sombras –al fin y al cabo sin luz no hay cine y la luz crea sombras. El espacio es como un corredor que te invita a navegar, con todas las nuevas técnicas y medios, por ese mundo virtual; uno se puede adentrar en el interior e incluso viajar al exterior, a las ciudades del futuro. Se crea una difusión de los límites entre realidad e irrealidad, es una frontera difusa como la propia realidad 3D.

¿Por qué decidiste emplear un lenguaje tan minimalista?, quizá, ¿tuviste algún referente?

Supongo que es una elección personal: me atraen mucho las formas geométricas y colores puros, quizá influenciado por mi interés en la Bauhaus y la arquitectura japonesa. La idea del corredor me recordaba al género de ciencia ficción –aunque otra de mis referencias ha sido el trabajo del español Serafín Álvarez–, porque los pasillos caracterizan muchos espacios arquitectónicos de estas películas, como vemos en la saga Star Wars. Al igual que, para la elección de la tonalidad, me influyó el cine en blanco y negro, por ese contraste entre luces y sombras.

¿Qué ha supuesto este premio en tu carrera?

Una alegría muy grande. Se presentaron más de setenta obras, y ya sólo con estar entre los finalistas me entusiasmé; cuesta creer que llegue el día en el que te llamen y te digan que has ganado. Estoy muy agradecido. Y ver, por ejemplo, que una revista como El Croquis –una de las revistas de arquitectura más relevantes del país– lo ha visto en las redes sociales y lo ha compartido, es una satisfacción muy grande. Es un festival que conozco porque soy de Asturias, me gusta mucho, y estoy muy contento.

Has participado en otros concursos de carteles de festivales de cine, como el de San Sebastián, ¿qué te ha hecho dirigirte a este tipo de festivales?, ¿ha sido tu interés por el cine?

Desde hace un par de años comencé a participar en los Concursos de carteles festivales de cine, como el de San Sebastián o el de Málaga, con unos amigos. Por ejemplo, es el tercer año que nos presentamos a los Concursos de Carteles del Festival de San Sebastián. La verdad es que tuvimos mucha suerte en el primero de ellos [la edición de 2014], mi amiga la fotógrafa Bárbara Sánchez Palomero y yo, cuando logramos la Mención Especial del Jurado [con |GÉNESIS| Cultivando el camino con paso firme se llega a la meta] en la Sección de Nuevos Directores. Y este año también hemos presentado varios diseños.

Me gusta mucho trabajar en diseño porque me evado un poco de la arquitectura; o la veo desde otro prisma. Ahora veo las películas y ya me fijo mucho más en el planteamiento espacial y en cómo se expone la arquitectura. La última que vi fue Room [Lenny Abrahamson, 2015], y me fascinó cómo cambia completamente la escala entre la primera y la segunda parte de la película, en todo, en la arquitectura, en los materiales, en las texturas y el carácter general. También, hace poco en una retrospectiva de cine independiente japonés me impresionó mucho la cantidad de películas, tanto clásicas como actuales, que reflejan la realidad urbana, como el conflicto social entre el mundo rural y el de la ciudad, y los instrumentos para hacerlo, a veces sólo con cosas sencillas, simplemente mostrando la rutina diaria de ambos mundos, como se ve en obras de [Yasujirô] Ozu.

¿Qué suele estimular tu sensibilidad artística?

Sobre todo, la fotografía, tanto de profesionales y maestros como la que realizo yo. Suelo capturar elementos arquitectónicos, por “deformación profesional” imagino. Empecé en la fotografía por ello, para crearme un archivo de los lugares, las construcciones y los espacios que me interesan y me sirven como referencias. Me gustaría formarme más en esta disciplina –tanto digital como analógica–; en este sentido, admiro la obra de Lucien Hervé, uno de los pioneros en fotografía de arquitectura; el uso del color del norteamericano Stephen Shore o el trabajo del portugués Fernando Guerra.

Parece que, dentro de tu interés en la relación entre fotografía y arquitectura, te apasiona mostrar la simetría y tus fotografías tienen incluso cierto aire cinematográfico.

Sí, como te contaba anteriormente, me interesan mucho las formas geométricas, tanto en la arquitectura antigua como en la moderna. Tengo especial interés en el diseño escandinavo. En realidad también me ocurre con el cine: me interesan las escenas estáticas, como se ve en la película Fuerza Mayor [Force Majeure/Turist, Ruben Östlund, 2014] o la estructura simétrica del cine de Wes Anderson.

¿En qué consiste tu proyecto de Fin de Carrera?

Pues parece que está relacionado con el FICARQ de este año, porque trato las nuevas formas urbanas y de planificación. Estudio las posibilidades de reformas de espacios en desuso que hay en todas las ciudades, analizando, de forma crítica, la solución del derribo y abogando por la regeneración y nuevos usos. También investigo sobre cómo conseguir mayor diversidad de espacios y usos en nuestras ciudades, tan concentradas y densas, y siempre bajo el ritmo de vida tan acelerado; alternativas a esta problemática. Creo que hay que dejar esa obsesión del desarrollismo de ocupar el espacio y preocuparse más por el interior de las ciudades.

¿Tienes algún proyecto más en mente?

¡Pues seguramente competir en el Viral Talent Contest de FICARQ! Es una gran oportunidad creativa.

Me gustaría irme fuera, ampliar fronteras y vivir más experiencias. Empaparme de cómo trabajan en otros países, que siempre viene muy bien. Además, ya tuve la experiencia de estar viviendo unos meses en Chicago; es una ciudad que inspira tanto muchísima arquitectura como cine. Aprendí mucho.

Me atrae la idea de poder continuar investigando sobre el proyecto que estoy desarrollando actualmente, como encontrar una solución a esas construcciones urbanas que han quedado obsoletas, algo que el cine ha retratado bastante y muy bien. Hace poco vi el documental Elevado 3.5 [Maíra Santi Bühler, Paulo Pastorelo y João Sodré, 2012], que muestra la vida de las ciudadanos que viven alrededor, y debajo, de la congestionada autopista elevada de São Paolo [se refiere a Minhocão].