Sara Zambrana
Para mí no era sólo hacer una película, sino algo mucho más profundo, quería crear algo sagrado, libre, con nuevas perspectivas, ¡abrir la mente! Porque en ese momento me sentía como en una prisión. Mi ego, mi mente, quería abrirlos: así empezó mi lucha por hacer Dune.
Jodorowsky’s Dune (2013)
Dicen que los grandes artistas son unos visionarios y que por ese motivo no suelen ser comprendidos ni apreciados por la mayoría de sus coetáneos. Frases manidas e ideas tópicas, incluso absurdas que, sin embargo, suelen cumplirse con amarga persistencia. Algo similar le sucedió al ideario de la primera versión audiovisual de la mítica novela Dune (Frank Herbert, 1965), el artista y director Alejandro Jodorowsky (1929-) quien, junto a todo su equipo de “guerreros espirituales”, sólo recibió negativas por parte de la feroz industria cinematográfica de los años setenta. Las grandes productoras norteamericanas dejaron sin alas al más ambicioso y espectacular film de ciencia ficción jamás ideado: la revolucionaria obra que nunca llegó a realizarse (o al menos, estrictamente).
El emotivo recorrido temporal por todos los procesos creativos y productivos de esta Dune, es lo que nos entrega el documental de Frank Pavich, Jodorowsky’s Dune (2013), cinta narrada por el propio Jodorowosky que cuenta con la aparición de casi todos los involucrados, críticos y otros directores. Teniendo como eje central una de las dos copias que aún se conserva del enorme “Libro de Dune”, se presentan gran parte del material artístico y principales escenas –muchas de ellas animadas con cariñosa y fina dedicación–, siendo el testimonio, de carácter ciertamente vindicativo, más próximo a la realidad del proyecto que, por supuesto, nada tiene que ver con la película que finalmente se haría, la Dune (1984) dirigida por David Lynch y producida por Dino de Laurentiis y su hija Raffaella.
Todo se inició en el año 1974 cuando Jodorowsky, tras el éxito de películas tan halagadas como El Topo (1970) y The Holy Mountain (1973) y ante un entusiasta y fiel productor, Michel Seydoux, se encontró con la posibilidad de hacer todo aquello que quisiera y, aunque Jodorowsky confiesa que nunca llegó a leer completa la novela de Herbert, pero sí en su mayoría, tuvo claro que deseaba interiorizarla y hacerla absolutamente suya. Y así fue, logró elaborar una nueva trama, un guión único y un universo propio en el que los distintos planetas, personajes y acciones estarían específicamente diseñados. Al igual que en la trama existe el joven profeta y visionario Paul Atreidis, Jodorowsky sería una suerte de guía espiritual, o inspirador para sus colaboradores; y de la misma forma que la historia ficticia gira en torno a Dune, planeta de los Arrakis y el único que posee la ansiada especia “melagne” que expande la mente, su película tendría que provocar efectos similares a los de la droga LSD, alucinaciones y una extrasensorial expansión de la conciencia. A partir de ese momento, necesitaría construir todo ello con los “guerreros” elegidos, siendo el primero de ellos el genio del dibujo Jean “Moebius” Giraud.
Alejandro Jodorowsky y Moebius, junto con un figurante con uno de los diseños de vestuario de ‘Dune’
Alejandro Jodorowsky, ‘Libro de Dune’
Acomodados en París, Jodorowsky y Moebius crearon durante largos meses un impresionante storyboard llegando a realizar un total de 3.000 dibujos que, como señala el director Nicolas Winding Refn (conocido por títulos como Bronson (2008), Drive (2011) y The Neon Demon (2016)), podría decirse que en ese libro está toda la película, plano a plano, con todos los diseños de las naves, fortalezas, caracterizaciones y vestuarios. Sucesivamente irían entrando otros grandes artistas, técnicos, músicos y actores, como Dan O’Bannon, encargado de los efectos especiales, el artista Chris Foss, y el afamado artista suizo H. R. Giger, quienes poco más tarde triunfarían junto con Moebius con Alien (Ridley Scott, 1979); el actor David Carradine (conocido por Kun Fu (1972), Bound for Glory (1976) y la saga Kill Bill); el propio hijo de Jodorowsky, Brontis, quien recibió un duro entrenamiento diario durante dos años para interpretar al profeta; dos bandas de rock, la británica Pink Floyd y la francesa Magma; el cantante Mick Jagger; el artista surrealista Salvador Dalí y su musa Amanda Lear; y hasta uno de los máximos ídolos de Jodorowsky, Orson Welles. No fue fácil captar la atención de los ingleses Pink Floyd, seguir el juego malicioso y las condiciones salariales impuestas por el ególatra de Figueres, ni tampoco convencer al gran (estómago de) Welles pero, finalmente, consiguió crear un equipo absolutamente excepcional.
Chris Foss, diseño del Palacio del emperador de ‘Dune’
Moebius, caracteres de ‘Dune’
H. R. Giger en su estudio con las pinturas del Palacio Harkonnen realizadas para ‘Dune’
Dune era una obra visionaria, que excedía todo lo anteriormente realizado, principalmente por su concepción, pero también por su elevado presupuesto y larga duración, por lo que no sería comprada por ninguna productora. El proyecto cambió de manos, se pervirtió por completo y, según cuenta la rumorología, hasta el propio Lynch se avergüenza del resultado final, más bien obra de un productor que de un artista como él es. Jodorowsky se negaba a ver esta versión, sabía que Lynch sería el único capaz de hacerla sin embargo, tras su visionado, se contentó al ver lo que, en su opinión, había sido un fracaso.
Así como en su utopía el profeta continúa vivo en todos los seres del planeta, Dune ha seguido influyendo en muchas de las grandes películas de ciencia ficción hollywoodienses, desde Star Wars (George Lucas, 1977), Flash Gordon (Mike Hodges, 1980), Raiders of the Lost Ark (Steven Spielberg, 1981), The Terminator (James Cameron, 1984), Master of the Universe (Gary Goddard, 1987), Contact (Robert Zemeckis, 1997) hasta Prometheus (Ridley Scott, 2012). Al igual que los malvados Harkonnen quieren dominar tiránicamente el universo y lo más preciado, así el sistema capitalista muchas veces nos esclaviza y frustra nuestros planes mas, mientras sigamos soñando, podremos crearlos.
Tráiler Jodorowsky’s Dune (Frank Pavich, 2013)